domingo, 20 de octubre de 2013

La muchacha 3ªparte

   Los dos se miraron con los ojos centelleantes, seguros de haber encontrado al amor de su vida, o por lo menos eso la parecía a ella.
   La madre, al saber quien era aquel apuesto joven, le hizo pasar colmándole de atenciones, pues había salvado a su hija. Aquella madre, enamorada de la niña de sus ojos, era feliz, aquel muchacho guapo, educado y todo un caballero, trataba a su hija con gran delicadeza y amor, además hacía tanto tiempo que no veía aquel brillo en sus ojos.
   Casi sin darse cuenta los días fueron pasando y la muchacha estaba más enamorada que nunca, la felicidad llenaba su corazón gracias a él. Pero aquella madre, temerosa de su hija, comenzó hacerse aquellas preguntas que amor de la muchacha no la permitían hacer ¿Cómo la había encontrado? ¿Dónde trabajaba? ¿De dónde sacaba el dinero para aquellos regalos tan caros? Ellas no sabían nada de él, a pesar de las veces que le habían preguntado pero tan solo encontraban meras evasivas para no responder.
   Un día la muchacha entró por la puerta, más feliz que nunca, él la iba a llevar a un viaje de ensueño por la romántica Venecia.
   Aquella muchacha, rebosante de felicidad por cada poro de su cuerpo, no lo veía, no se daba cuenta de las incoherencias de sus palabras, de sus actos. En cambio la madre si podía verlo e intentaba una y otra vez auto convencerse que todo iba bien pero, algo dentro de ella, la llevaba la contraria.
   Una tarde estaban las dos sentadas en el viejo sofá, cuando la madre intentó abrir los ojos de su amada hija:
      -Querida hija, se que lo amas, pero silencia tu corazón por unos momentos y escucha a tu mente, él no tiene familia ni trabajo pero si dinero para pagar esos regalos, no dice como te encontró, quien es, de donde viene o como llegó hasta aquí, por favor hija, escucha a la razón.
   La muchacha no comprendía a su madre, no entendía porque decía aquellas cosas, miró a su madre y lágrimas de ira y contestó:
      -Madre, él solo es reservado, y quizás eres tú quien debería escuchar.
   La muchacha salió de la casa y corrió en brazos de él, estaba desesperada y convencida de que ella se equivocaba.
   En ese momento un hombre que te ama sofoca tus lágrimas y te amina a solucionar los problemas con la mujer que dio la vida, pero aquel hombre no, la dio una copa y a alentó las lágrimas con palabras en contra de la madre, después de ver sus ojos casi enfermos de la pena, tuvo una gran idea salir hacia aquel viaje de ensueño a primera hora de la mañana.

   Aquella muchacha con ojos cubiertos por la venda del amor, no supo escuchar a la mujer que daría su vida por ella, sin darse cuenta se lanzó a los brazos de la desesperación aceptando aquel viaje, un viaje de ensueño que se convertiría en la peor de sus pesadillas, a no ser, que aquella madre, fuerte y segura de salvar a su hija a cualquier precio, llegara a tiempo para quitar la venda.(continuará)